El salto inesperado e involuntario hace que la tristeza no invada porque por introspección van viniendo a la mente (con recuerdos, símbolos...), su participación sin medida en ella.
Siempre conocerán por experiencia otras familias cuando llega y tendrán, que reconocer lo que he escrito y si no, lo considero algo que a mí no me viene sucediendo.
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