Se puede entrever por el Maestro, que deja la puerta abierta o cerrada, a la imitación de su carga ligera y yugo llevadero, ocurriendo a unos u otros.
Para los que se olvidan , con los desafíos de la vida, no les abrirá y sí a los que no se olvidan de él; como ni tan siquiera se puede decir, que él, se olvida de ninguno.
ó
A Dios, Gracias.
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